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El Ayuntamiento de Alcoy organiza un acto en memoria de Evaristo Botella Asensi, último alcalde democrático de la ciudad antes de la dictadura franquista, fusilado en 1939.
El próximo viernes 28 de marzo a las 18:00 horas, el Ayuntamiento de Alcoy celebrará un acto en recuerdo de Evaristo Botella Asensi (1882-1939), quien fue el último alcalde democrático de la ciudad antes de la instauración de la dictadura franquista y que fue ejecutado al finalizar la Guerra Civil.
Durante el acto, el estudioso Antonio Castelló entregará documentación de la época relacionada con la figura de Botella Asensi que se custodiará en el archivo municipal. A continuación, se descubrirá un retrato del exalcalde, obra del artista Fran Parreño, que será colocado en la escalera principal del Ayuntamiento.
El actual alcalde, Toni Francés, ha destacado la importancia de este homenaje: «Evaristo Botella Asensi defendió los valores democráticos en momentos muy difíciles para nuestra ciudad. Con este homenaje, el Ayuntamiento de Alcoy honra la memoria de un hombre que luchó por la libertad y la democracia en tiempos de represión brutal, en una época marcada por la persecución, los encarcelamientos y las ejecuciones sistemáticas por parte del régimen franquista. Poner en valor su legado histórico es un acto de justicia y memoria para las futuras generaciones».
Evaristo Botella Asensi fue un político republicano que ejerció como alcalde de Alcoy durante la Segunda República. Nació en Alcoy en el año 1882 y desde muy joven trabajó en una imprenta. Con el tiempo, adquirió experiencia empresarial y abrió varios comercios en Alcoy y Alicante. Comenzó su trayectoria política en el Partido Republicano Radical, pero en 1932 se unió a la Izquierda Radical Socialista, donde llegó a ser dirigente provincial en 1937.
Durante el golpe de Estado de 1936, Botella Asensi, junto con el diputado socialista Salvador García Muñoz, convocó a los afiliados del Frente Popular, CNT y FAI para formar una Junta de Defensa y evitar la sublevación militar en Alcoy. Gracias a su actuación, la ciudad permaneció libre de la insurrección. A pesar de tener que dimitir como alcalde el 2 de octubre de 1936, continuó liderando su partido y ayudando a muchos republicanos a exiliarse. Finalmente, fue detenido en 1939, condenado a muerte y ejecutado el 23 de septiembre del mismo año.
